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lunes, 7 de julio de 2008

Crónica de un día pasado por agua

Quedamos a las 21.30, se me ocurrió la genial idea de llevar coche, más que nada porque había servicios mínimos en los buses, pero bueno, el caso es que tardé más de media hora en aparcar en Bilbao. Al final un hueco, pero con calzador se metió el coche.
Opciones de subir hasta el monte Cobetas: El bus petado, así que a pata la mejor opción, camino entretenido, cuanto menos, escaleras elegantes, todo ello pasado por agua claro.
Primera frase mítica de la noche:
"Coño, un perro." (Era un banco a mitad de las escaleras, de noche claro.)
Segunda frase mítica:
"Coño, pedazo San Bernardo." (Era una vaca, bastante 'hermosa')
Llegamos al Recinto y sonaba Lenny Kravitz con su mítico American Woman, no sabía que era de él, se presentaba bien la noche, para estar mojada, llovía sobre mojado.
Fuimos a una carpa, después de coger un par de bocadillos y un par de katxi, que por cierto, caro, caro, caro, aun así nos lo montamos para que nos costase menos, ya que no teníamos suficiente y el que nos sirvió se portó.
Vimos como alguien pasaba entre la multitud con una silla por los aires y otro con una muñeca hinchable con una delantera interesante
Por fin, nos colocamos para ver a REM, cuando se nos ponen delante dos paraguas. y se escucharon las siguientes frases míticas de la noche:
"Si no te quieres mojar, cómprate el DVD"
Tras varias canciones se cerraron los paraguas y por fin vimos el concierto en plenas condiciones, contando que estábamos calados hasta los huesos y no había tregua, entre otras varias de las míticas, aquí una pero de más jovencitos.


La verdad es que se portaron.

Se acabó y quedaba The Prodigy, diferente, música electrónica, a deshinibirse ya que se puede bailar a tu puñetera bola. Los cantante como una regadera, el compositor sólo decía cosas de follar (en inglés) así que lo mejor es que tocaron las míticas como esta Smack my bitch up, por cierto, me dijo mi compi que este vide estuvo un pelín censurado:


Ya de vuelta para casa, no sentíamos nada, fue llegar a casa y os lo imagináis ¿no? La sensación de relajación absoluta es indescriptible.

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